La obra periodística de José Martí ocupa casi la mitad de su producción literaria, dato que redunda si se observa que gran parte del resto de su producción apareció por vez primera en periódicos. A fin de cuentas, la prensa escrita fue el medio de difusión de la estética identificativa de un grupo muy amplio de escritores, pensadores y artistas, de finales del siglo XIX y principios del XX.

Entre 1880 y 1892, José Martí publicó más de cuatrocientas crónicas sobre Hispanoamérica, Estados Unidos y Europa, así como un centenar de acertados y bellos retratos. Su publicación corrió a cargo de diarios como La Nación (Buenos Aires), La Opinión Nacional (Caracas), La Opinión Pública (Montevideo), La República (Tegucigalpa), El Partido Liberal (México) y Las Américas (Nueva York).

Sus crónicas sirvieron para introducir elementos tan variopintos y alejados entre sí como los consejos para dormir con gorra, las nuevas vajillas para tomar el té, las guerras y la política internacional, la educación, la arquitectura, la moda y todos aquellos adelantos vinculados a la ciencia y a la literatura.

En ellas reflexionaba sobre la ética y la condición humana, mediante imágenes detalladas, información exhaustiva, gracia narrativa y un estilo personalísimo, que lo convirtió en una de las más genuinas personalidades periodísticas del momento.

Su labor más destacada como periodista se puede considerar la fundación del periódico Patria, que sirvió como vocero y guía de los revolucionarios cubanos en las luchas por la independencia, y continuó editándose incluso después de su muerte, hasta el 31 de diciembre de 1898, bajo la dirección de Enrique José Varona.

Sintió la felicidad de tener entre sus dedos, con tinta que manchaba aún, el primer ejemplar de aquel tabloide el sábado 14 de marzo al atardecer, gracias al aporte de los trabajadores cubanos radicados en Cayo Hueso, quienes le donaban el 10 por ciento de su salario. En la primera página se leía en grandes letras, el título de su primer artículo de fondo: “Nuestras ideas”.

Porque eso era Patria para Martí, un medio de librar su batalla de ideas, su guerra de pensamiento para servir de sustento propagandístico a la Guerra Necesaria por la independencia de Cuba, para forjar una conciencia revolucionaria políticamente formada y responsable y lograr la vital unidad que había faltado a los cubanos en los diez años de la Guerra Grande.

Su gama temática contribuía especialmente a ello: en las páginas de Patria los revolucionarios y todos los lectores honrados encontraban textos iluminadores, que podían ser la semblanza de un héroe de la patria hasta asuntos de lo cotidiano.

Al Apóstol también le preocupó el decoro estético de una publicación para servir a decisivos requerimientos de la política revolucionaria: “(…) ideas de esta dignidad no deben aparecer con pobreza ante el público, porque es dañarlas más que defenderlas (…)”

En el plano formal o físico no era un “gran” periódico: de tamaño tabloide, es decir, 54 centímetros de alto por 35 centímetros m de ancho, con cuatro planas de cuatro columnas divididas por corondel fino y fuentes demasiado pequeñas para los requerimientos actuales. El papel utilizado era de una buena pasta para la época. La humildad material, sin embargo, jamás se manifestó en desaliño o irregularidad.

Hasta octubre de 1895 Patria tenía una frecuencia semanal y desde el 5 de octubre del ‘95 hasta su última edición, se publicaba dos veces a la semana, los miércoles y sábados. La tirada ascendía a poco más de 1500 ejemplares y se editaba en el número 120 de Front Street, de New York.

José Martí desarrolló su reporterismo hace más de un siglo y su estudio supone una manera única de acercarse a los acontecimientos de la época.

La excelencia de su lenguaje y la profundidad con que abordó los hechos, convierten sus artículos en piezas que trascienden hasta nuestros días. Escribió, no para el diarismo, sino para nosotros, las generaciones que seguíamos. Una lección vital para el buen periodismo.

Tomado de: Periódico AHORA