Bibliotecas cubanas en tiempos de COVID-19
Por estos días todos hemos tenido que reinventarnos, romper nuestras rutinas y buscar alternativas para los niños y jóvenes que tenemos a tiempo completo en nuestra casa. Una agradable solución para las horas de aburrimiento puede ser perfectamente el descubrimiento de un buen libro, y esta tarea se vuelve mucho más sencilla si contamos con la ayuda de un bibliotecario. Este no solo puede brindar el consejo oportuno sobre cuáles títulos resultan más atrayentes según las edades, sino que puede facilitar bibliografía digital, aprovechando los beneficios del desarrollo de las tecnologías y la inclinación de los jóvenes por la lectura digital.
A pesar del cierre temporal de las bibliotecas en el país, han podido continuar con sus labores internas y diversificado los servicios dirigidos a la comunidad. Algunas ya han normalizado su funcionamiento en la medida de lo posible, manteniendo las medidas de protección, sobre todo en las provincias que viven una situación epidemiológica más favorable. En un contexto de cambios previstos en el país, los bibliotecarios continúan trabajando y dignifican su profesión a través de alternativas que hacen más llevaderos estos meses de aislamiento social, para los que han descubierto el valor de un buen libro, sin importar el formato en que este se encuentre.
Maribel Duarte González, especialista en Relaciones Públicas de la Biblioteca Nacional José Martí, nos acerca al tema: “En tiempos de pandemia los bibliotecarios cubanos han continuado sus labores, ya sea desde casa, algunos en las instituciones y otros en las comunidades. En el caso específico de la Biblioteca Nacional, durante su cierre temporal se han realizado labores internas, como el procesamiento de las colecciones de libros infantiles y juveniles, de adultos, en braille, publicaciones seriadas y colecciones especiales, que formarán parte del fondo bibliográfico digital de la institución. Además, especialistas de las áreas de Conservación y Procesamiento de la Biblioteca continúan sus labores con el objetivo de completar las tareas técnicas de los fondos bibliográficos de la institución, entre ellas la restauración de documentos valiosos, como la colección Antonio Bachiller y Morales, patrimonio bibliográfico de la nación”.
¿Cómo trabaja un bibliotecario desde la casa?
Como parte de las actividades que los bibliotecarios desarrollan desde casa, para garantizar el acceso digital a la literatura para niños y jóvenes, se encuentra la digitalización de las obras ganadoras del concurso Leer a Martí, acción insigne del Programa Nacional por la Lectura, que ya va por su XXIII edición.
Duarte González enumeró algunas de las responsabilidades que asume un bibliotecario por estos días:
- Selección, revisión, organización y creación de resúmenes de los catálogos de las exposiciones colectivas y personales, programas de mano, entre otros, de la Sala de Arte, para ponerlas al servicio del público una vez que se reinicien las actividades en la institución.
- Los profesionales de la mediateca (área de audiovisuales) continúan con la confección de bases de datos de los CD y DVD de sus fondos para poner al alcance de los lectores.
- Los bibliotecarios de la Sala de Música han estado enfrascados en el procesamiento y catalogación de CD de música, confeccionándose las fichas preliminares.
- Confección de fichas para el registro factográfico y la reorganización de los documentos del archivo vertical de la Sala de Referencias, el procesamiento, confección de fichas de autoridades de documentos en braille y organización de las carpetas con la información digital y audiolibros de la Sala Braille.
- Localización y organización de la información para la Declaratoria de Memoria Nacional, como parte del programa Memoria del Mundo, del fondo personal Lezama Lima.
- Proyección de actividades, diseño de nuevos talleres para la reapertura de la Sala Infantil Juvenil Eliseo Diego de la institución.
- Realización de artículos especiales con motivo del 150 aniversario del natalicio de Vladimir Ilich Lenin y el 40 aniversario de la desaparición física de Alejo Carpentier, publicados en el sitio web institucional y las redes sociales.
- Preparación de medios gráficos y carteles alegóricos a la celebración de las diferentes efemérides históricas y culturales.
¿Cómo se ha estrechado la relación con los internautas?
—Una de las vías la ha facilitado la revista digital Librínsula, publicación mensual de la Biblioteca. Se han preparado ediciones especiales en tiempos de coronavirus, con información sobre diversas temáticas vinculadas a nuestra historia con pandemias y virus en Cuba, que se encuentran en los materiales de los fondos bibliográficos atesorados por la institución. También se les ha facilitado a los internautas las descargas de libros y otras novedades literarias. De igual manera, ha sido arduo el trabajo de divulgación de obras de la literatura infantil y juvenil a través de las publicaciones online y las redes sociales.
“Promover los fondos bibliográficos que atesora la institución ha sido tarea primordial de investigadores y otros profesionales del centro. Se publican en nuestras plataformas digitales secuencias de las revistas cubanas de los 60, así como de la colección fotográfica y otros tesoros, vinculadas todas a las principales efemérides cubanas.
”La Biblioteca Nacional es la institución rectora del Sistema de Bibliotecas Públicas y junto a otras instituciones coordina el Programa Nacional por la Lectura. Para ello, durante todo el verano ha promovido a través del portal www.bnjm.cu reseñas de libros infantiles, juveniles y para adultos a través de la serie Mi Biblioteca en Verano. Una vez finalizada estaetapa hemos continuado con las reseñas con los links de descargas a estos libros.
”El trabajo de promoción se ha hecho, además, a través de la serie “De la historia contada por las revistas cubanas de los sesenta”, con los hechos históricos y culturales reflejados en la prensa de la época, y con reseñas las colecciones de fotos, carteles, manuscritos, exlibris y fondos raros y valiosos que atesora la Biblioteca.
”También el sistema de bibliotecas públicas se ha sumado a las acciones diseñadas para en tiempos de la COVID-19 llegar a los lectores. Se han organizado varias exposiciones virtuales con los fondos patrimoniales de cada una de las instituciones”.