Ola de calor.
Una ola de calor provoca temperaturas extremas que pueden superar los 40º C. Actualmente, son más frecuentes debido al cambio climático y para evitar riesgos en la salud hay que seguir recomendaciones como hidratarse.
Con el cambio climático, las temperaturas extremas cada vez son más frecuentes. Concretamente, en verano, cuando el calor se mantiene por varios días y supera valores comunes en una región, se habla de ola de calor. Este fenómeno meteorológico puede tener consecuencias graves en la salud de colectivos vulnerables como ancianos, pacientes crónicos o niños. Por eso, es clave conocer qué es una ola de calor y cómo afrontarla para evitar riesgos.
Una ola de calor puede tener consecuencias graves en la salud de determinados grupos poblacionales. Los más vulnerables son:
- Niños. Son propensos a sufrir golpes de calor debido a su menor capacidad para regular la temperatura corporal y contar con menos reserva de agua.
- Embarazadas. Su organismo trabaja más para regular la temperatura corporal. Además, el aumento del volumen sanguíneo y las demandas propias del embarazo incrementan el riesgo de deshidratación.
- Personas con enfermedades respiratorias. Aquellos que padecen afecciones como la EPOC o el asma pueden experimentar un agravamiento de sus síntomas durante las olas de calor.
- Ancianos. Los adultos mayores pueden tener una disminución en la percepción de la sed y una menor capacidad para regular la temperatura corporal.

