La ciencia revela por qué las inmunoterapias contra el cáncer a veces pueden dañar el corazón
Los investigadores creen haber descubierto por qué los tratamientos contra el cáncer que aprovechan el sistema inmunitario de una persona para combatir un tumor pueden provocar daño cardiaco en algunas ocasiones.
Lo que han aprendido también arroja luz sobre cómo se podría prevenir este efecto secundario potencialmente mortal.
Tipos específicos de células inmunitarias desencadenadas por la inmunoterapia contra el cáncer parecen provocar miocarditis, una afección inflamatoria que puede debilitar el corazón, informan los investigadores.
Esta reacción inmunitaria en el corazón es distinta de la respuesta inmunitaria que ataca el cáncer de una persona, dicen los investigadores, lo que significa que las inmunoterapias podrían modificarse para atacar más directamente los tumores sin dañar el corazón.
«Este estudio cambia las reglas del juego, allanando el camino para desenterrar las raíces de estas complicaciones», señaló el coinvestigador principal, el Dr. Kerry Reynolds, director clínico de oncología para pacientes hospitalizados del Hospital General de Massachusetts, en Boston.
Alrededor de un tercio de los pacientes con cáncer de EE. UU. pueden recibir tratamiento con inhibidores de puntos de control inmunitario, medicamentos que quitan los frenos del sistema inmunitario del cuerpo para que pueda dirigirse y atacar a las células cancerosas, explicaron los investigadores en las notas de respaldo.
Aproximadamente el 1% de los pacientes tratados con un inhibidor de puntos de control inmunitario (más de 2,000 personas al año en los Estados Unidos) desarrollan miocarditis como efecto secundario de la terapia contra el cáncer. La cifra aumenta a casi el 2% entre los pacientes tratados con medicamentos de inmunoterapia combinada.
«La miocarditis por los inhibidores de puntos de control inmunitario es un obstáculo importante para nosotros clínicamente», anotó Reynolds.
En alrededor de un 50 por ciento de los casos, la miocarditis conduce a problemas cardiacos peligrosos, como latidos cardiacos irregulares e insuficiencia cardiaca, apuntaron los investigadores. Alrededor de un tercio de los pacientes que desarrollan la afección morirán a causa de ella.
«Ahora no tenemos grandes soluciones para ayudar a estos pacientes, así que lo intentamos todo para desactivar el sistema inmunitario y revertir la miocarditis, pero ese es un método impreciso que conlleva sus propios riesgos», señaló la coinvestigadora principal Alexandra-Chloé Villani, investigadora de la Familia Krantz para la Investigación del Cáncer y del Centro de Inmunología y Enfermedades Inflamatorias del Hospital General de Massachusetts.
En el nuevo estudio, los investigadores recolectaron sangre, tejido cardiaco y células cancerosas de personas que desarrollaron miocarditis mientras recibían inmunoterapia contra el cáncer.
El equipo descubrió que la inmunoterapia promovía el reclutamiento y la retención de células inmunitarias en el corazón involucradas en la inflamación.
También descubrieron que los receptores inmunitarios que se activan en el corazón son diferentes de los que se activan para combatir el cáncer.
«Debido a que las respuestas en el tumor y el corazón son distintas, nos da esperanzas de que algún día podamos desentrañar los dos y tratarlos por separado», señaló el investigador colíder, el Dr. Steven Blum, oncólogo del Hospital General de Massachusetts.
Además, el patrón de células inmunitarias en la sangre también indicó qué personas eran más propensas a desarrollar miocarditis, lo que significa que se podría desarrollar una prueba de sangre para señalar a los pacientes con un mayor riesgo de la complicación cardiaca, apuntaron los investigadores.
El nuevo estudio aparece en la edición del 6 de noviembre de la revista Nature.
«Es importante recordar que los medicamentos de inmunoterapia son medicamentos milagrosos que salvan vidas, y los pacientes no deben tenerles miedo», planteó Villani en un comunicado de prensa del MIT/Harvard. «Solo necesitamos hacer que funcionen mejor para que podamos maximizar el beneficio de su tratamiento antitumoral y minimizar el riesgo de eventos adversos».
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