Agustín Lage Dávila: ¿Qué debe saber un joven sobre hacer ciencia en Cuba hoy?

Por alfin - 11 dic 19 - Noticias - No hay comentarios

financiamiento-de-la-ciencia-3-580x429En el mundo de hoy, ver a Cuba generando ciencia, con científicos consagrados, conquistando altas metas de salud, y construyendo una economía de alta tecnología, es un mensaje demasiado subversivo para los que se creen los amos del mundo, e intentan convencernos de que el modelo futuro es una sociedad de propietarios ricos y pueblos pobres”, dijo el doctor Agustín Lage Dávila a los jóvenes científicos del Centro de Inmunología Molecular este 5 de diciembre, al celebrarse los 25 años de la fundación de esta institución insigne de la biotecnología cubana.

Alertó el prestigioso científico: “Nadie se crea que nos agreden para defender la democracia, ni siquiera para re-conquistar propiedades… Nos agreden para intentar impedir el despliegue de las enormes potencialidades de desarrollo social y de desarrollo económico que contiene el Socialismo. Eso es lo que no nos pueden perdonar”.

La reflexión, apuntó el destacado profesor, parte de la necesidad de que los jóvenes científicos “conozcan de la trascendencia social del trabajo cotidiano que hacen. Entiendan y asuman sus batallas y actúen en consecuencia”, resaltó Lage en el encuentro celebrado con motivo del aniversario del centro.

“Apenas 40 años tenía cuando Fidel visitó nuestro colectivo en el Instituto de Oncología, y nos habló de construir un Centro que tuviese laboratorios científicos junto con instalaciones productivas. Varios de los compañeros que participaron en esa conversación con el Comandante en Jefe tenían menos de esa edad. Se los digo, especialmente a los jóvenes de hoy, porque aquel día empezó para nosotros el camino de grandes sueños, y de grandes esfuerzos, que tienen que ser proporcionales a los sueños, camino que nos trajo hasta el día de hoy”, insistió.

¿Qué aprendimos en esos 25 años?, preguntó Lage al auditorio. “Recuerdo una bellísima frase de Martí: “Hay un cúmulo de verdades esenciales que caben en el ala de un colibrí, y que son sin embargo la clave de la paz pública, la elevación espiritual y la grandeza patria”.

Lage compartió a los jóvenes 5 de esas verdades que son esenciales en el pasado y en el futuro del Centro de Inmunología Molecular.

  1. La trayectoria del CIM en estos 25 años nos enseñó que podemos hacer cosas más grandes que las que nosotros mismos nos imaginamos. Nadie de nosotros hubiese pensado en ese año 1994, en el fondo del período especial, cuando apenas habíamos producido los primeros gramos de anticuerpos, en frascos de cultivo de algunos mililitros, y habíamos hecho ventas en el exterior por apenas 100 mil dólares, que estaríamos aquí hoy hablando de exportaciones acumuladas de más de mil millones, a decenas de naciones, de fábricas en varios países, de producciones de cientos de millones de bulbos, de más de 100 mil pacientes cubanos que han utilizado nuestros productos. Esta idea pudiera generar satisfacción (y quizás sea justo), pero mejor es que nos estimule a hacernos la pregunta: ¿Qué más podemos hacer que ni siquiera nos imaginamos hoy? Las metas que ustedes se planteen a ustedes mismos tienen que ser altas, muy altas, colosales, y no le tengan miedo a eso.
  2. Lograr grandes metas requiere consagración al trabajo y al estudio. Consagración real, de muchas horas, muchos días. La consagración no ha sido nunca en el CIM una meta, ni una imposición administrativa. Ha sido una expresión de ética, derivada de la capacidad de asumir deberes, y del ejemplo de los dirigentes. No se impone, pero cuando surge esa ética de manera espontánea, significa muchas cosas. Hay que hacer de esta tarea, no un medio de vida, sino un sentido de la vida. Tampoco hay que temer a decir esto alto y claro: este un camino de consagración al trabajo, y el que no esté dispuesto a eso, sencillamente se equivocó de camino.
  3. Hay que hacer ciencia real, competitiva, con resultados de originalidad mundial. No hay sustituto para eso. No existe aquí la “media-ciencia”, ni la originalidad “en nuestras condiciones”. Esta es una industria innovadora y competitiva a escala mundial, a donde se llega con resultados de nivel mundial. Y tenemos varios resultados de este tipo. Se puede hacer.
  4. Hacer buena ciencia es solamente la mitad del camino. La otra mitad está en conectar la ciencia, con la producción, con el desarrollo del sistema de salud cubano, con las exportaciones. Ese es el mensaje principal de la biotecnología cubana. Por eso, a pesar del origen científico-académico de muchos de nosotros, no nos gusta que nos llamen “un centro científico”. Nos disminuyen con eso. Somos una operación industrial de alta tecnología, basada en la ciencia. Eso es otra cosa.
  5. Y por último, para que después en la vida real lo pongan de primero en la lista: somos parte de la Revolución. Trabajamos para hacer emerger la maravilla de la creatividad científica, eso es cierto, y es bueno, pero trabajamos también para hacerlo desde Cuba, para defender el derecho de Cuba soberana a insertarse en el mundo y en la economía tecnológica del futuro; y trabajamos también para hacerlo desde el socialismo, con laboratorios y fábricas que son, como dice la canción de Silvio,  “edificios sin dueño”, o mejor, con 11 millones de dueños. Quien se olvide de eso no entenderá jamás como llegamos hasta aquí, y menos entenderá lo que tenemos que hacer en los próximos 25 años.

Tomado de: Cubadebate

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