Desde el mes de diciembre un nuevo virus es la causa de una de las mayores crisis sanitarias de los últimos años y de la situación de alerta decretada en el mundo entero, conocido como el coronavirus o 2019 nCoV.

El primer brote fue detectado en una ciudad del sur de China llamada Wuhan y fue identificado, inicialmente, en personas relacionadas con un mercado de productos marinos y otros animales.

Hasta el momento un aproximado de 213 personas han muerto, 9 mil 720 lo han contraído y más de 15 mil 238 están bajo observación. La mayoría de los casos se registran en Asia. Solo el uno por ciento está en el resto del mundo, diagnosticado en una 12 de países, entre personas que habían visitado la ciudad de Wuhan con anterioridad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió al mundo de tomar medidas sanitarias necesarias o incrementarlas para evitar la expansión de la pandemia.

Los coronavirus son un grupo extenso de virus de ARN con envoltura viral, descubierto por primera vez en los años ´60 del siglo pasado. Es más común en animales que en seres humanos, no todos suelen ser peligrosos y se estima que la totalidad de las personas, al menos una vez en su vida, lo ha contraído. Pueden causar diversas afecciones desde un resfriado común hasta bronquitis o neumonía. En los últimos 20 años es la tercera vez, seguido del SARS (Síndrome respiratorio agudo severo) y MERS (Síndrome respiratorio de Medio Oriente), en que una sepa de este tipo es pasada de animales a humanos.

El contagio ocurre mediante las vías respiratorias y el contacto, al tocar las manos, cara u objetos de una persona con la enfermedad. Expertos aseguran que alguien infectado se convierte en transmisor mucho antes de presentar los síntomas.

Una semana después de poseerlo comienzan a aparecer las primeras manifestaciones de su presencia en el organismo, afecciones que a veces se confunden con las de la gripe: disnea (dificultad respiratoria), fatiga, secreción nasal, tos, dolor en la cabeza y la garganta, y fiebre y afecta con más fuerza a los niños y ancianos.

Desarrollar neumonía, síndrome respiratorio agudo, insuficiencia renal e incluso la muerte es de las afecciones más graves. Una de las principales preocupaciones es que llega a transmitirse más fácilmente de lo que se imaginaba.

Hasta el momento no existe una vacuna disponible para proveer inmunidad a la población. Las medidas tomadas por el gobierno de China y otros países del mundo con nuestras únicas armas contra la epidemia. En el país asiático se incomunicaron por completo ciudades enteras, pusieron en cuarentena a la ciudad de Wuhan y aplazaron la entrada del segundo semestre en colegios y universidades de todo el país.

Diversos lugares de Asia, así como Estados Unidos y Reino Unido, implantaron controles de detección a pasajeros provenientes de Wuhan.
El Ministerio de Salud Pública de Cuba realiza acciones para evitar cualquier tipo la entrada de esa virulencia al país. Ante todo estableció la vigilancia en la entrada y salida de viajeros con control de temperatura, declaraciones de procedencia y personal especializado en identificar los síntomas en enfermos en aeropuertos y puertos.

En tanto que se intensifica la preparación de los profesionales del sector detectar la aparición de la patología en el país y en caso de encontrarse con alguno, se crean las condiciones en instituciones sanitarias para la atención de pacientes.

Ante el inminente peligro está es necesario recordar medidas elementales de higiene a cumplir, como lavarnos las manos con frecuencia, evitar tocarse la cara, nariz o boca con las manos sucias, cubrirse la boca y nariz con pañuelos desechables o con una tela al toser o estornudar, limpiar barandas de escaleras y otras superficies lisas donde se colocan las manos y eliminar todo contacto con personas portadoras y aislarse de todo contacto exterior cuando se está enfermo.

Tomado de AHORA